2 de diciembre de 2008

Repaso desde el 11 de Septiembre hasta la gran Obra del Presidente Pinochet

Desde décadas, Chile había estado inserto, en materia económica, en sistemas estatizantes, sujeto a programas centralizados en los que el mercado de capitales no tenía cabida y en que la fijación de las tasas de interés y las tasas de cambio y los controles de precios y de remuneraciones eran la norma inamovible e indiscutible. El Estado era propietario de prácticamente toda la industria de alguna importancia en el país, con excepción de la gran minería del cobre, la iniciativa particular era mirada con recelo y las empresas privadas eran caricaturizadas como explotadoras de los trabajadores.

El país se caracterizaba por su condición de mono productor y el cobre representaba más del 80% de las exportaciones.

En tal escenario el país mantenía una condición de subdesarrollo propio de un país del tercer mundo.

Lo anterior se vió acrecentado en forma dramática entre 1970 y 1973 en que el gobierno marxista de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende pretendió eliminar todo vestigio de propiedad privada e iniciativa individual, expropiando sin ningún tipo de compensación, industrias, bancos, empresas de servicios y propiedades agrícolas, haciendo caso omiso a las advertencias sobre la ilegalidad de sus actos de parte de los demás poderes del Estado, Congreso, Poder Judicial y Contraloría General de La República, e ignorando las protestas del grueso de la ciudadanía y de prácticamente todas las organizaciones gremiales y sindicales del país, tales como la Confederación de la Producción y el Comercio, la Sociedad de Fomento Fabril, la Sociedad Nacional de Agricultura, la Sociedad Nacional de Minería, los Colegios Profesionales y numerosos sindicatos de trabajadores, entre los poderosos Sindicatos de Trabajadores del Cobre.

De igual modo, las protestas de la población y las distintas organizaciones sociales apuntaban a proyectos específicos del gobierno marxista tales como el de la Escuela Nacional Unificada o ENU mediante el cual se pretendía eliminar todo viso de pluralidad en la educación y someterla exclusivamente a las orientaciones y tutela del Estado.

En tal escenario miles de chilenos, en especial profesionales, abandonaron el país ante la falta de oportunidades y el temor de la implantación de un sistema totalitario al estilo soviético o cubano. Ese éxodo masivo fue conocido como “fuga de cerebros”.

A mediados de 1973 Chile era un país paralizado económicamente y dividido socialmente por odios irreconciliables.

Los distintos sectores de la producción se encontraban prácticamente desmantelados, la inflación superaba el 500%, el mercado negro era prácticamente la única fuente de abastecimiento de la población, las reservas de la nación se habían esfumado, la deuda externa era inmanejable y la banca internacional había cerrado sus puertas para Chile.

En materia laboral, había desaparecido toda noción de disciplina de trabajo, los dirigentes sindicales respondían más a los partidos políticos de izquierda que a los intereses de los trabajadores y las “tomas” y huelgas ilegales fomentadas por los mismos partidos eran la tónica reinante.

En Chile se llegó al extremo de tener que presenciar “paros nacionales de apoyo al gobierno”

Todo este proceso se enmarcaba en un nivel de violencia nunca visto en el país en que los grupos terroristas financiados desde el exterior operaban impunemente y con el respaldo oficial. La guerra civil era vista por parte importante del oficialismo marxista como la forma de acceso al poder total. El propio presidente Allende hablaba de que la guerra civil dejaría un millón de muertos.

CAMBIOS AL AMANECER

En la madrugada del 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas y de Orden, respondiendo a las demandas de restablecer el imperio de la constitución y la ley provenientes en forma mayoritaria del Congreso Nacional y de la Corte Suprema de Justicia y respondiendo igualmente a un clamor nacional generalizado de terminar con la anarquía reinante, dan inicio al Pronunciamiento Militar que pone fin al experimento marxista chileno.

Las Fuerzas Armadas y de Orden se hacen cargo del Gobierno de la Nación y desde ese mismo día Don Augusto Pinochet Ugarte, en ese momento Comandante en Jefe del Ejército, asume como Presidente de la Junta de Gobierno y más tarde como Presidente de La República.

Un año después del cambio de gobierno, los obispos chilenos, en el documento Evangelio y Paz, consignaban: “Reconocemos el servicio prestado al país por las Fuerzas Armadas al liberarlo de la dictadura marxista que parecía inevitable y que habría sido irreversible, una dictadura que se habría impuesto contra la mayoría del país y que después habría aplastado a esa mayoría…. En ese sentido, creemos que es justo reconocer que el 11 de septiembre, las Fuerzas Armadas interpretaron los deseos de la mayoría, y que al hacerlo, libraron al país de un obstáculo inmenso”.

LOS PRIMEROS DIAS

La tarea que debe abordar el nuevo gobierno es descomunal: el país se encuentra prácticamente en un estado de guerra interna, la economía devastada y un desabastecimiento generalizado de alimentos y de artículos de primera necesidad

Como si lo anterior fuera poco, el nuevo gobierno debe hacer frente a la embestida feroz del Unión Soviética y sus satélites que ven desaparecer su posicionamiento en América del Sur a través de la avanzada que habían logrado desde Chile.

A este respecto vale la pena citar los párrafos contenidos en la memorable carta del 8 de Noviembre de 1974 del ex Presidente de La República don Eduardo Frei Montalva al Primer Ministro de Italia Mariano Rumor: “¿Por qué lo ocurrido en Chile ha producido un impacto tan desproporcionado a la importancia del país, su población ubicación y fuerza ? ¿Por qué la reacción de la Unión Soviética ha sido de tal manera violenta y extremada? ¿Por qué el comunismo mundial ha lanzado esta campaña para juzgar lo ocurrido en Chile y para atacar a la Democracia Cristiana? La razón es muy clara.

Su caída (la del gobierno de Allende) ha significado un golpe para el comunismo en el mundo. La combinación de Cuba con Chile, con sus 4.500 kilómetro de costa en el Pacífico y con su influencia intelectual y política en Latinoamérica era un paso decisivo en el control de este hemisferio. Por eso su reacción ha sido tan violenta y desproporcionada

Este país les servía de base de operación para todo el continente. Pero no es sólo esto. Esta gigantesca campaña publicitaria tiende a esconder un hecho básico: el fracaso de una política que habían presentado como modelo en el mundo.”

Había que hacerlo todo. Partir de cero.

Ante los llamados del nuevo gobierno para colaborar con la reconstrucción del país las reacciones no se hacen esperar: miles de chilenos y chilenas donan sus argollas de oro matrimoniales, canjeándolas por argollas de cobre, donan joyas, obras de arte y abrigos de pieles todos los cuales se venden o son rematados, con lo que se obtiene recursos frescos como primer paso para iniciar las tareas de reconstrucción y normalización del país. La ciudadanía no escatimaba esfuerzos ni recursos para reconocer y agradecer a las Fuerzas Armadas el trascendental paso que habían dado para librar a la Nación de la garra marxista y de los atropellos y vejámenes a que había sido sometida.

La ayuda llega también desde el exterior. Notable es la actitud de Brasil cuyo embajador se presenta ante la Junta de Gobierno el mismo día 11 de Setiembre y ofrece todo el apoyo que esté a su alcance. Desde Estados Unidos el conocido productor del Tracy Corn, sabedor del grado de desabastecimiento de alimentos en el país, despacha hacia Chile una donación de dos barcos cargados con granos.

Y el apoyo se generaliza, permitiendo resolver las necesidades más urgentes.

LA REVOLUCION SILENCIOSA

Se da inicio al proceso de cambios más trascendental que ha experimentado el país en décadas, teniendo este proceso como punto de partida y base fundamental los siguientes elementos que forman parte, primero, de los principios y objetivos del nuevo gobierno y, luego, de la Constitución Política de La República promulgada en 1980:

1.- El hombre tiene derechos naturales anteriores y superiores al Estado

2.- El Estado está al servicio de la persona humana.

3.- La familia es el núcleo fundamental de la sociedad

4.- La acción del Estado debe respetar el principio de subsidiariedad.

5.- La aplicación del principio de subsidiariedad supone el derecho de propiedad y la libre iniciativa en el campo económico

A partir de los principios citados se dan los primeros pasos orientados a la apertura económica. Libertad de precios, sustancial reducción de aranceles, abandono de proteccionismos, en fin, reorientación del sistema económico hacia una economía de mercado.

Pieza fundamental en este proceso es la promulgación en 1974 del Estatuto del Inversionista Extranjero o DL 600 mediante el cual se establecen normas precisas para que inversionistas foráneos puedan invertir en Chile especificándose claramente reglas de no discriminación entre locales y extranjeros, de tasas tributarias , de normas de acceso al mercado de divisas y de repatriación de utilidades.

Se promulga una nueva Legislación Laboral que radica al interior de cada empresa todo lo concerniente a relaciones entre empleadores con trabajadores y organizaciones sindicales, desterrando la influencia de agentes ajenos a la empresa, especialmente la ingerencia política de cúpulas sindicales. Con el tiempo, esta legislación ha demostrado ser uno de los principales pilares de la nueva orientación económica.

En una medida revolucionaria, se privatiza la seguridad social mediante la creación de Administradoras de Fondos Previsionales, lo que, por un lado resuelve la insolvencia del sistema vigente que se arrastraba por años y, por otro, genera un fondo que hoy en día supera los US $ 40 mil millones y que ha permitido al país sortear con éxito varias crisis económicas internacionales.

Se promulga la Ley Orgánica Constitucional Sobre Concesiones Mineras que resuelve el estado precariedad y discrecionalidad en que había quedado el sector minero nacional con la modificación constitucional de 1971 en que se sustituyó el concepto de propiedad minera por el de concesión minera, sin especificarse los términos y condiciones en que tales concesiones se otorgarían.

En materia educacional se Municipaliza la Enseñanza, medida que es reconocida como una de las más visionarias producidas en la historia de la educación chilena, y se autoriza la creación de universidades privadas, un paso colosal en cuanto a generación de oportunidades para la juventud del país.

Se instituye la regionalización del país otorgándose importantes grados de autonomía a las autoridades de cada Región en aquellas materias que les son propias, iniciándose un proceso de descentralización fundamental para el desarrollo del país.

Por último, y no menos importante, se da inicio al proceso de privatización de empresas estatales. Esta es una larga e importante historia de éxitos. Empresas deficitarias en manos del Estado al poco tiempo de su privatización ya arrojan excedentes. Los índices de productividad mejoran en forma notable.

Las repercusiones de las medidas económicas y disposiciones legales implementadas no se hacen esperar.

Chile ve multiplicarse sus actividades, las que se materializan en obras concretas y con ello se crean innumerables oportunidades de trabajo y desarrollo individual para los chilenos.

Al diversificarse las actividades el país abandona su calidad de monoproductor y se genera un crecimiento explosivo de las exportaciones hacia los cinco continentes.

En el campo minero se materializa la puesta en marcha de nuevos yacimientos como El Indio, Escondida, La Candelaria, Choquelimpie, La Coipa, Cerro Colorado, Quebrada Blanca, Manto Verde, El Hueso, Pecket, Fachinal, Lince, Iván, El Abra, Altamira, Salar de Atacama, Can Can, Marte, La Pepa, Nevada, Andacollo Oro, Andacollo Cobre, Los Bronces, El Soldado, El Toqui y otros menores y, aun cuando la minería sigue siendo la principal actividad generadora de divisas, la apertura de estos nuevos yacimientos permite una vasta diversificación de la producción minera. Además de constituirse en el mayor productor de cobre del mundo, las producciones de litio, molibdeno, salitre y yodo ponen también a Chile como primer productor a nivel mundial.

Adicionalmente las producciones de oro, plata, hierro, plomo, zinc, fosfatos, selenio, baritina y, en general no metálicos, permiten que las exportaciones mineras de productos distintos del cobre, superen los dos mil millones de dólares.

En el sector pesquero, la introducción del salmón, especie que no existía en las costas chilenas, permite el desarrollo de una industria que ha logrado crear actividades directas e indirectas que le han cambiado la faz a las Regiones X y XI con sus “salmoneras” y que hoy en día genera más de US$ 800 millones en exportaciones y que ha ubicado a Chile como segundo productor a nivel mundial después de Noruega.

El sector forestal crece en forma notable; la producción frutícola y la agroindustria muestran un desarrollo jamás soñado; los valles del norte desértico se convierten en inmensos productores de uva de exportación gracias al regadío mecánico; las viñas tradicionales multiplican sus producciones y se establecen innumerables nuevos productores de vinos que venden sus producciones en prácticamente todos los rincones del mundo.

Se privatizan los sectores de energía y de telecomunicaciones lográndose un acelerado desarrollo del sector energético y ubicando al país entre los más avanzados del globo en materia de comunicaciones.

La actividad generada es tal, que la infraestructura vial y portuaria se hace insuficiente.

Se hacen necesarias obras de ampliación de carreteras, puertos y aeropuertos.

La aguda visión geopolítica y estratégica del Presidente queda de manifiesto con la iniciativa de llevar a adelante la construcción de una ruta que una el extremo sur de la carretera panamericana, Puerto Montt, con Punta Arenas en el extremo austral del territorio.

La construcción de la Carretera Austral o Carretera Presidente Pinochet como se le conoce en las regiones que atraviesa, permitió poner fin al aislamiento de siglos en que se mantenía inmersa esa zona del país lo que se ha traducido en términos reales a incorporar a las Regiones XI y XII al territorio y a la vida nacional.

El impacto de esta obra monumental es tal que en 1994, el entonces Ministro de Obras Públicas y despues Presidente de La República Ricardo Lagos la calificó como una de las obras de ingeniería más importantes de la historia del país, aseverando que “cuando se escriba la historia de Chile en el siglo XX, uno de los elementos más destacables va a ser la construcción de esta ruta. ” (El Mercurio 2 de Diciembre de 1994)

Con este apretado resumen de las iniciativas implementadas, las obras realizadas y los resultados obtenidos durante el gobierno de Chile entre 1973 y 1990 se puede asegurar que lo que muestra el balance final de este período es que Chile y sus habitantes han dado un gigantesco paso en materia de desarrollo, crecimiento, prosperidad y nuevas oportunidades por lo que reiteramos nuestro convencimiento de que Don Augusto Pinochet Ugarte, quien se desempeñó como Presidente de La República y llevó las riendas de dicho proceso, como el mejor Estadista que ha tenido Chile y que además nos liberó del Comunismo. Hoy, pocos días del comienzo del fin hace dos años, el 3 de noviembre tuvo su infarto y el 10 de diciembre partiría a su natural encuentro con Dios en medio de la tristeza de quienes trabajamos con él, lo quisimos y seguiremos admirándolo ya que Chile está en deuda con el y es nuestro deber dar a conocer la verdad Histórica y legado